la insostenible levedad del ser

8am: estoy buscando mis llaves de casa en el piso de la cabina, donde aparentemente con esos miles de cables, enchufes y maquinaria se puede manejar un boliche entero con lucecitas de colores, laser, video y todo pero no se puede prender ni una puta lamparita,

pablo y yo de rodillas quemándonos los dedos apuntando en la mugre con encendedores, cuando uno que está ahí parado me pregunta: De dónde sos? De dónde soy...de dónde soy?!? Del pabellón 7 en villa devoto voy a ser si no te callas la puta hija de remil putas que te parió!!!

La moraleja: desde ya la perra está encargada no sólo de otorgar explicaciones kilométricas sobre el significado, los corolarios y las derivaciones de Mi Amiga No Quiere Que La Toques

sino tmb de impedirme terminar en cana por matanza de bocones y demás candidatos para transplante de cabeza y ya que estamos, de pendejos histéricos y cagones. Al plural, por que según nuestro capitán: Tranquila tana...de eso vas a tener mucho. No me digas.

Y no...no encontré mis putas llaves. O sea, no hasta que saqué al portero de la cama, me cagué de frío esperando al cerrajero y gasté una montaña de plata para que a. me derriba la puerta con artillería pesada y b. me cambie las cerraduras. Ahí me quedo sin puchos, bajo a la esquina y mi kiosquero fiel dice: Te olvidaste las llaves acá mami...me quedé abierto hasta las tres por si ibas a volver.