les chroniques de la chonguez con't.

(this story in english)

Estoy casi a punto de pensar que después de todo no fue tan perjudicial consentir a pasar un rato con cierto bombón y su boca más que rica, cuando escucho el siguiente profundo análisis: si te hicieras las tetas serías una diosa mal. Podría aplastarlo pero noblesse oblige me impide reciprocar con mis propias observaciones, por que si de un lado con mis tetas yo no tengo que penetrar a nadie, por el otro ciertos defectos físicos varoniles no tienen remedio y, como dijo la Maga: si le decis eso a un pibe sale y se tira bajo el primer colectivo que pasa.

Pasmada una vez más ante la aparentemente universal pelotudez de la chonguez me encuentro parafraseando el inmortal llamado del compañero vlada: ¿qué hacer carajo? Vuelvo a meditar la posibilidad de agregar una mordaza a mi arsenal trasnochero, lo que me generaría problemas de índole fashion por que entre lapiz brillo puchos camarita celu billetera llaves no me sobra ni un mílimetro cúbico en la cartera y prefiero morir antes que bailar con otra más grande encima, un bochorno fatal. Después, hacerme torta: lo intenté, dios sabe. Coger con pibes sin lengua: no, asco. Olvidarme del sexo: jajaja.

Justo estoy escuchando el mix de mi nueva banda favorita para siempre del momento que dice: chicas sin tetas/en las pistas/son las más/flacas, putas, dulces, malas cuando aparece una flor de macho que con habilísima, sútil y sensual movida no tarda en convencerme de que es fascinante, no irresistible no, indispensable. Y como de costumbre dios se ríe de mis elucubraciones, por que este no sólo es el rey de todo lo que le corresponde a una girl como yo: no se le escapa ni una palabra de más. Ahora sí estoy jodida.