Siguiendo la racha de cambios a la bowie: anoche en la trastienda festejando el n. 40 de la mano, escuchando ciertos temas tan queridos que los tengo grabados en mi adn, luego entusiasmándome con hilda lizarazu y su inteligencia y su fuego y su linda guitarra, volví de repente a boston en los 80 cuando con toda la tribu migrábamos apasionadamente de recital en recital en la camioneta vw de mi novio de pelo salvaje y hermosa boca estilo mick jagger, leíamos nuestras poesías tomando budweisers a un dólar en el rathskeller donde famosamente tocaron los police cuando todavía eran desconocidos, escuchábamos a violent femmes, pixies, stranglers, throwing muses, los amigos armaban bandas en continuación, y el objetivo de una noche de joda era buscar bares lo más excéntricos posible en barrios muy fuera de mano para luego guardar el secreto lo más tiempo posible. Se venían desde muy lejos la electrónica y la éxtasis pero el rocanrol seguía siendo nuestra manera de vivir, tan como los desayunos de café asqueroso y muchos cigarrillos en el diner de la esquina, los partidos de pool los domingos a la tarde cuando afuera nos cagábamos de frío y ese estado de enamoramiento perpetuo hecho de curiosidad y de urgencia tan dulce y angustiante a la vez, ojalá no me lo olvide nunca.
***
Last night at a party for a local rock n’ roll magazine listening to certain tracks so beloved they’ve become a part of my dna then watching this chick hilda lizarazu on stage with her intelligence & her fire & her pretty guitar, suddenly I was back in boston in the 80s when we would all load into my boyfriend’s beat-up vw van & migrate passionately from concert to concert, listen to andy & jay reading their poetry in the rat drinking dollar buds to our soundtrack of violent femmes, stranglers, pixies, throwing muses, everyone & their uncle in a band or about to be, and the objective of a night out was scouting out the most eccentric new dive in some far-flung neighborhood no one else had thought of and then keeping the secret as long as possible. Electronica & ecstacy were wending their way from across the pond but rock n’ roll was still our way of life, as much as plotting our next expedition over cheap coffee & many cigarettes at the greek corner diner, sunday afternoon pool games in the basement of don’s bar and that state of being endlessly, curiously, lustfully in love, which I hope to god I never forget.
I watch the ripples change their size
But never leave the stream
Of warm impermanence
David Bowie
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1 comment:
ay que pena no haber sabido que estabas ahí sino pasaba. yo estaba a la vuelta, en una inauguración en la galería... y una amiga de sony que estaba ahí presente me invitó a pasar un rato, cosa que erroneamente no hice :(
otra vez será...
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