



Empezamos con una lectura en casa brandon, donde la encantadora chicaenminifalda de voz aterciopelada y rodilla envendada cual misteriosa femme de Truffautiana memoria nos enredó con su relato de una niña atrapada en angustiantes peripecias nocturnas llenas de bombachas, arañas y cierta máquina de hacer sueños.Estuvieron presentes una integrante del comité de obamagirls argentina, la coreógrafa del siempre deslumbrante grupo krapp, el genio musical de ulises conti y el único escritor tradicional que baila.
Dejando los glitterati atrás, seguimos hacia un laberíntico edificio de fachada racionalista en el Once.
¿Encontraría a la Maga? me pregunté errando por pasillos kilométricos, escaleras tenebrosas y gigantescos salones vacíos sumidos en la oscuridad, que desembocaban de repente en algún patio arbolado o taller repleto de entrañas de maquinaria, incongruos objetos en pleno proceso de tecnoremix, y una hermosa pintura de oligatega numeric.
Aliviada, la sorprendí en un cuarto abandonado cuya puerta rezaba: CONSULTORIO MEDICO.
En la vastedad de la planta baja unos artistas jugaban a ping pong bajo una luz tétrica mientras un paquidérmico Mercedes blanco envuelto en un manto de polvo afloraba, borroso, desde las tinieblas de fondo.





























